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Mostrando entradas de 2011

¿Qué es un momento?

Describir a través de imágenes el misterio y la magia que envuelven la existencia humana resulta una tarea muy complicada. Intentos ha habido muchos, y el más reciente y conocido ha sido la controvertida película de Terrence Malick 'El árbol de la vida', la cual ha provocado en los espectadores unas reacciones de amor u odio hacia la misma sin ningún tipo de término medio. No es sin embargo mi intención el valorar aquí dicho film, sino dar a conocer el siguiente corto de apenas cuatro minutos, que en esencia persigue lo mismo que la última obra de Malick, el mostrar a través de imágenes ese algo de la vida que nadie sabe lo que es, pero que es lo más importante.

"Es que yo te quiero tanto"

Creen tantas personas que sentir muy vivamente y no digamos padecer, y atormentarse, las hace ya buenas y merecedoras y les otorga derechos, y que han de ser compensadas por ello incesante e indefinidamente, hasta por quienes no inspiraron su sentimiento ni causaron su sufrimiento ni tuvieron que ver en uno ni en otro, para esas personas la tierra entera les está siempre en deuda, y nunca se paran a pensar que el sentimiento se elige o que en él se consiente, eso como mínimo, y que casi nunca viene impuesto o el destino no se mezcla; que uno es tan responsable de él como lo es de sus enamoramientos, en contra de la general creencia que declara y repite la vieja falacia a través de los siglos incansablemente “Es más fuerte que yo, no está en mi mano evitarlo”; y que exclamar “Es que yo te quiero tanto” como explicación de los actos, como coartada o disculpa, debería ser contestado sin falta con la frase que pocos se atreven a soltar aunque sea la justa cuando el querer no es correspondi

La Fiebre

Más de un año sin actualizar. Y hoy tengo fiebre. Pero de la buena. De esta: "La palabra fiebre es la más bella de la lengua (fiebre, fiebre, fiebre). Ninguna de las drogas que probé luego, a lo largo de la vida, me proporcionó las experiencias alucinógenas de la fiebre. Deberían vender pastillas productoras de fiebre. No mucha: esas ocho o nueve décimas que nos extrañan de la realidad. Recuerdo todas y cada una de las ocasiones en las que he visto el mundo a través de la fiebre. Todas y cada una de las ocasiones en las que el mundo me ha mirado a mí a través de la fiebre. Me han producido fiebre las anginas, desde luego, pero también la lectura de ciertos libros. Algunos capítulos de Crimen y castigo, por ejemplo, me producían fiebre. Todavía me la producen si los leo con la concentración adecuada. He tenido, en ocasiones, una experiencia rara: la de detectar la fiebre en la realidad. No hace mucho, una mañana, a los cinco minutos de sentarme a trabajar, me pareció que la habitac